Crisis, música, educación, consumismo, publicidad… o la pandemia de la estupidez en España

La Lengua Post muy largo sobre crisis, música y educación (sin ningún orden concreto)

…La publicidad ha acostumbrado a los niños a tener un ropero que los adultos pudientes de hace 40 años no podían ni soñar, tienen objetos personales (teléfonos móviles, ordenadores, consolas) que bien pueden costar la mitad del sueldo de uno de sus padres, y los renuevan frecuentemente. El tejido empresarial ha creado un montón de necesidades superfluas, irreales, que parece que necesitamos para respirar, cuando no es así. Pero acostumbrarse a tener menos es muy difícil.

…Antes, cuando los pobres no tenían dinero, esto no tenía sentido. Hasta hace un par de años, los pobres han tenido dinero para gastar a espuertas, pero nadie, ni ellos mismos, se ha interesado por formarlos. ¿Para qué intentar hacerles ver que existe la música buena, y cosas fuera del fútbol? Aquí se trabaja con vistas en los beneficios. Lo más rápido y barato es: ¿quieren fútbol? No les enseñes a apreciar la ópera. Cóbrales los partidos de fútbol en la televisión. ¿Quieren música basura? ¿Para qué vamos a enseñarle que existe la música de calidad? Hagamos un montón de música basura, que la comprarán para sus teléfonos móviles…

Napoleón: Memorial en Santa Elena. De la vanidad y el egoísmo consumista al «decrecimiento responsable».

La república -por uno, hoy en día, que lo sacrifique todo al bien público, hay millares y millones que no conocen más que su propio goce, su vanidad. En París se considera a la gente por su coche, y no por su virtud.

Napoleón, Memorial (en Santa Elena)

Leído anoche en el capítulo XXII de la novela Rojo y negro de Marie-Henri Beyle, más conocido por Stendhal. Napoléon es el espejo en el que se mira el protagonista, Julián Sorel, para salir de la pobreza y alcanzar el éxito social.

La Carta de la Bolsa Cambio de tercio – y 2 Santiago Niño Becerra

Paralelamente, el show del ‘decrecimiento’, del crecimiento ‘responsable’. Se pasan 25 años diciéndonos que si a los 35 años no tienes un Modena, una casa en Costa Esmeralda, un ático en Kensington, y un yate en Newport eres un fracasado (a las mujeres aún no se ha aplicado, así, esa receta). Nos bombardean [los malditos publicitarios] con que la gente tiene que consumir, que regalar -lo que sea- es elegante, que hay que fabricar coches baratos para que hindúes y chinos los consuman. Y ahora empiezan a decir que hay que trabajar menos y vivir mejor, que hay que consumir lo justo, que no hay que estar centrados sólo en la vida profesional. ¡Vaya cambio!, ¿no?…

Ahora al ‘Esto es lo que hay: te conformas’, le llaman ‘decrecimiento’: ¡otra puta mierda!